jueves, agosto 31, 2006

El Hombre Motorizado

El Hombre Motorizado atraviesa la tercera barrera del sonido con decisión.
Sabe que luego de este acto la velocidad total de su vida volverá a cero. Él morirá.
Pero la cercanía de su propia muerte no le hace dudar ni un instante acerca de su misión.
Pues no sólo dará a los espectadores "un espectáculo inolvidable de acción trepidante, proezas sobrehumanas y autosacrificio", sino que también estará, casi sin saberlo y casi sabiéndolo, salvando a la humanidad.
Por eso, a pesar de ser en este momento una bola de llamas, aceite de motor y aceleración, aprieta el acelerador y acelera su destino.
Para el observador casual, su muerte será como ver una luciérnaga estrellarse contra el parabrisas del automóvil de Dios.

1 comentario:

  1. Realmente considero que tenés un Blog espectacular.

    Pasé de casualidad, pero prometo seguir haciéndolo.

    Un saludo desde esta realidad.

    PD: Muy buena la última analogía (últimos dos renglones de último texto)

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