jueves, diciembre 28, 2006

Haiku Blanco de La Reina

Corazón alado,
tu risa como viento arremolinado.
Así quisiste saludarnos.


A Mariana Boyé

La Paradoja del Ventrílocuo y El Muñeco

Las hábiles manos del ventrílocuo dan vida al muñeco animándolo, como si de magia negra se tratase, para maravillar a su boquiabierto público.
"¡Contemplad cómo, con mis manos y mi entrenamiento, doy vida a lo inanimado y, por un instante, destruyo la ilusión de la muerte!", parecen decir sus acciones casi quirúrgicas sobre el rígido cuerpo del muñeco, mientras que niños y adultos se deleitan con el triunfo de la vida sobre la estásis de lo inorgánico.
Pero el ventrílocuo, a pesar del papel nigromomántico que sus rituales perturbadores de las leyes de la vida y la muerte le han concedido, no puede escapar a la línea temporal y un día muere.
En una tarde lluviosa es enterrado, según su última voluntad, junto a su propio muñeco.
Un mes después, hordas de gusanos ya saciados de la menguante carne del ventrílocuo, anidan en el incorruptible cuerpo del muñeco y, por las noches, esta multitud viscosa penetra, como embrujada, en las concavidades de la inmortal carcaza de madera y trapo, animándola en una danza fantasmagóricamente lenta. Si algún desafortunado pudiera contemplar este aquelarre demencial, probablemente imaginaría que frente a él se encuentra una especie de "cajita musical del infierno", cuya única melodía es el canto de los grillos del cementerio y cuya bailarina de cristal es, en realidad, un muñeco agusanado que danza, como en cámara lenta, ante las cuencas, ya vacías de ojos, de su antiguo señor.
Es como si el muñeco siempre hubiera estado habitado por una conciencia pasiva, necesitada de un agente biológico para poder expresarse.

¿Quién es el muerto?
¿Quién es el vivo?

sábado, septiembre 30, 2006

Calesita

¿Cuál es el horror que se esconde en el centro de toda calesita?
El día está surrealísticamente soleado. Parece una foto a la cual se le aumentó deliberadamente el contraste para dar una sensación de recuerdo infantil. El tiempo parece transcurrir en cámara lenta y las sonrisas de los niños abordo de la calesita son infinitas. La música emana de los altavoces, pregonándole a los niños mentiras piadosas acerca del mundo, acerca de la vida. "Todo está bien", "tus padres te aman y son inmortales", "no existen los monstruos". Los niños beben esos mensajes, sedientos de seguridad, sin siquiera sospechar acerca de lo extraterrenalmente extraño que habita en el centro de la calesita. Detrás de paneles que aparentan casi a la perfección ser de madera, adornados con escenas y personajes perturbadoramente inocentes y optimistas, se esconde y existe un horror que haría perder la cabeza al más cuerdo de los hombres. En el centro de cada una de las calesitas del mundo habita, sobre un nido hecho de juguetes obscenos, fotos de autopsias y monstruosas secreciones solidificadas, un rechoncho y crepitante bebé-insecto. Como las pesadillas más grandes del mundo, no se conoce con exactitud el origen de estos infantes infernales, pero éste se remonta a los albores de la humanidad. Desde que el hombre camina en dos patas y sueña, estos seres han ido perfeccionando su pantomina camaleónica y, probablemente, las primeras calesitas del mundo hayan lucido como abultados túmulos decorados con huesos, jirones de cuero y flores, pues la araña disfraza su trampa para poder comerse a su incauta víctima. Y ellos comen. La maquiavélica leche con la que estos bebés-insectos se nutren es la frustración de los niños que montan, sin saber su horripilante papel, la tela de araña más espantosa jamás imaginada. Y la herramienta predilecta de ordeñe es la malditamente darwiniana sortija. Cada vuelta es una posibilidad para los niños de sentirse pequeños príncipes ganadores y, con las mejillas incandescentes y los ojos desorbitados de tensión y espectativa, revuelan las pequeñas y torpes manos para intentar obtener la sortija de metal y, de esta manera, ganar el amor de sus padres. Pero la mano del cruel sortijero, que obedece a un cerebro superiormente mielinizado, es más rápida que el afán de un niño, y hace fluir el cálido y jugoso alimento de la frustración para que lo que está en el centro de la calesita se relama los labios con bífida lengua.
En el centro de cada calesita habita un bebé insecto. Su desarrollo es lento pero constante. Cada uno de estos seres es un tumor en la realidad. Si llegaran a crecer, el mundo será devorado por una metástasis surrealista de gorjeos obscenos y el sonido de mil patas peludas y negras de queratina.

jueves, agosto 31, 2006

El Hombre Motorizado

El Hombre Motorizado atraviesa la tercera barrera del sonido con decisión.
Sabe que luego de este acto la velocidad total de su vida volverá a cero. Él morirá.
Pero la cercanía de su propia muerte no le hace dudar ni un instante acerca de su misión.
Pues no sólo dará a los espectadores "un espectáculo inolvidable de acción trepidante, proezas sobrehumanas y autosacrificio", sino que también estará, casi sin saberlo y casi sabiéndolo, salvando a la humanidad.
Por eso, a pesar de ser en este momento una bola de llamas, aceite de motor y aceleración, aprieta el acelerador y acelera su destino.
Para el observador casual, su muerte será como ver una luciérnaga estrellarse contra el parabrisas del automóvil de Dios.

martes, agosto 29, 2006

viernes, agosto 25, 2006

De la Ultraenciclopedia Multiversal: Deux Ex Machina

Deus Ex Machina
(Sec. Tecnoreligión / Vol. 17) Nombre de difusión de la Entidad Orbital Omnisciente creada en el año 1987 por el CIAR (Conglomerado Internacional Aeroespacial y Religioso).
Luego del hallazgo de la evidencia definitiva de la muerte de Dios, encontrada en la estructura trans-atómica del átomo de hidrógeno en el año 1977, varias naciones del mundo se organizaron bajo la bandera de la CIAR y pusieron en marcha el proyecto aeroespacial más grande en la historia de la humanidad.
El objetivo del mismo era el de poner en órbita una entidad artificialmente creada que cumpliera algunas de las funciones atribuídas a Dios o, a partir de la formación del conglomerado, del que formaban parte naciones de diferentes credos religiosos, la entidad denominada Creador, de la cual, como se mencionó anteriormente, se habían hayado pruebas irrefutables de su muerte y, por consiguiente, de su anterior existencia.
Luego de que se calmaran las aguas de la Revolución Postreligiosa, la cual terminó con la vida de casi una décima parte de la población mundial (ver "La Revolución Postreligiosa", sec. Religión, tomo IV), comenzaron a construirse en diferentes locaciones secretas del planeta los diferentes módulos que formarían parte de Deux Ex Machina. En el año 1982 se puso en órbita el primero de los módulo, llamado "Nodo Alfa", desde el cual se continuó, paralelamente con las obras terrestres, la construcción del complejo orbital. El mismo consistiría, según la declaración oficial de la CIAR, del 14 de enero de 1985, en un organismo artificial autoconciente, independiente y capaz de, entre otras cosas, evolucionar.
Este organismo tendría la capacidad, gracias a tecnología recientemente desarrollada que posibilitaba la emisión y recepción de ondas psi, de captar la energía metapsíquica de "las plegarias" de los seres humanos y tomar decisiones con respecto a las posibles respuestas. De este modo se lograrían desde manifestaciones proféticas y oraculares, hasta la realización de verdaderos "milagros" materialmente palpables. Cabe destacar que gran parte de la Entidad Orbital está formada por fábricas capaces de construir virtualmente cualquier objeto imaginable, además de generar nuevos módulos, realizar reparaciones y hasta construir y lanzar vehículos de capacidad aeroespacial, cuestión de la cual la CIAR tomaría cuenta en el año 1993 ante la Primera Reentrada Sagrada (ver segunda parte). El 27 de octubre de 1987 se activó Deux Ex Machina y sus primeras palabras, transmitidas a toda la humanidad metapsíquicamente fueron "Yo Soy", luego de lo cual se hizo invisible al ojo desnudo y a cualquier forma tecnológica de detección, desapareciendo del firmamento para siempre (luego de la Estación Espacial Multinacional, Deux Ex Machina fue la estructura artificial en órbita de mayor tamaño creada por la humanidad).
Este fenónemo sería luego explicado como parte del Protocolo de la Fé, instalado en los sistemas de decisión de la Entidad, formando parte indispensable de las funciones de la Tecnodeidad.
La interacción de Deux Ex Machina con la humanidad ha ido evolucionando y modificándose a lo largo de los años, y talvez los hallazgos más sorprendentes hayan sido los relatos de varias personas que transitaron lo que comunmente se llama "experiencias de vida después de la muerte". En ellos los sujetos afirman haber permanecido unos segundos en un ambiente evidentemente industrial, insonoro, donde sintieron un confort que nunca antes habían experimentado. Otros hablan de sentirse "dentro de una gran máquina", cuestión que podría atribuirse a la autosugestión religiosa, y una minoría particularmente perturbada menciona una suerte de dique donde aparece en construcción una gigantezca estructura metálica en forma de huevo (hecho que podría evidenciar una nueva Reentrada Sagrada o una especialización independiente de la Tecnodeidad, cuya función y propósito todavía no se conocen).

jueves, agosto 17, 2006

Haiku Oscuro de la Luna

Pinos sordomudos.
En la tierra, insectos húmedos y helados.
La luna lo sabe todo.

Tormenta Ionizante

La mariposa electro-mecánica bate sus alas oxidadas en un ritmo desenfrenado, inundando el ambiente con un chirrido ensordecedor.
Anuncia la llegada de una nueva tormenta ionizante.
Abajo, en las calles de acero, las gentes corren desperdigándose en busca de refugio, como si fueran pelotitas de goma sobre un colchón.
Temen que la tormenta les implante el huevo del cáncer en sus cabezas.

De la Ultraenciclopedia Multiversal: Oneirismo Capilar

Oneirismo Capilar
(Sec. Ectopatología / Vol. 4) Estado de la vigilia caracterizado por la retención en el cabello de material onírico perteneciente a los sueños que el sujeto tuvo la noche anterior. Llamados por los post-freudianos "restos nocturnos", estos materiales no son visibles al ojo desnudo, aunque se puede observar cierto enmarañamiento aireado en el cabello del sujeto, el cual puede llegar a quejarse de "tener sueños atrapados en el pelo". Este estado tiende a ceder en las primeras horas de la mañana sin ningún tipo de intervención, aunque raramente puede llegar a persistir hasta la noche. También puede ceder ante ligeras sacudidas hechas con las manos en el cabello.

martes, agosto 15, 2006

Parafrenia Primigenia

Buenos Aires, 25 de abril de 2006


Escribo esta suerte de diario, de documento, para tratar de advertirle al mundo acerca del horror que se avecina.

Afuera, en la calle, la vida transcurre normalmente. Los niños ríen en sus juegos, las mujeres conversan en las puertas de sus casas acerca de trivialidades, los hombres trabajan; pero la verdad es que cada uno de nosotros corre un peligro atroz, un peligro que parece acercarse cada minuto un poco más.

Estoy en condiciones de afirmar que están sondeando nuestra realidad.

La primera vez que escuché, con horror, el característico “ping” que ellos utilizan me sorprendí un poco. Mi compañero de trabajo me explicó que era el sonido clásico del encendido del aire acondicionado. Pero vamos, un simple sonido electrónico no le resuena a uno en las emplomaduras de las muelas como si fuera a hacércelas estallar… Acepté la explicación de mi compañero y le atribuí mi malestar a algún problema de encías. Me agendé pedir turno con el dentista pero no me quedé en absoluto tranquilo. Yo sé cómo son estas cosas.

Al día siguiente otra vez el ping, y al siguiente otra vez más, y así cada día. A determinada hora de la tarde ¡ping! Una noche, mirando una película de submarinos, lo comprendí todo. Ese ping tan característico y cargado de electricidad estática es su manera de sondear nuestra realidad.

Es casi como si pudiera verlos, desde sus naves-submarino fabricadas con carne y huesos de los habitantes de mundos ya conquistados, tanteando a ciegas desde su realidad que no conoce la luz, como murciélagos hambrientos con sus fauces babeantes, hipotetizando acerca de lo alcanzable de su presa. Si alguien viera alguno de estos navíos de pesadilla en los que ellos reptan por la oscuridad perdería instantáneamente la razón, y esto sería una auténtica bendición pues lo que está por venir es el horror más grande de la humanidad.
Repugnantes e infinitos, como viejos degenerados escuchando detrás de mil paredes que separan mil realidades nuestros ires y venires, ellos están cerca.

En mi adolescencia leía la obra de Lovecraft divertido y despreocupado. Hoy puedo afirmar que todo es verdad. Ellos existen, los imposibles primigenios existen y, con la evidencia acumulada, puedo llegar a la conclusión de que los escritos de Lovecraft, analizados como un todo (como un organismo viviente) son una enorme y esperanzada advertencia. Todavía no entiendo cómo nadie pudo darse cuenta. Fue un trabajo de días enteros lograr el orden perfecto de cada hoja en la pared, el subrayado de cada párrafo. Pasé cuatro días sin dormir y me corté las manos con el papel en mil lugares pero finalmente, cuando me paré en la posición adecuada de la habitación, caí en cuenta de que el mundo no volvería a ser el mismo cuando alguno de ellos contemple nuestro planeta con su rostro tentacular.

¡Ping! Están cada vez más cerca. Nuestra realidad ya no se les presenta insondable y distante. Hay finísimas grietas en las negras y heladas paredes que separan realidades, ellos lo saben y ya han encontraron alguna. Tuvieron milenios de milenios para acercarse a tientas y ya se relamen, oliendo con sus millares de narices amorfas el aroma de nuestra carne condimentada con la adrenalina del horror de la extinción. Puedo imaginarme los estadios de fútbol, funcionando como gigantes almacenes, sembrados de torsos humanos. Tantos años creyendo que estabamos en lo más alto de la pirámide predatoria y jamás nos imaginamos que aquellos que fueron dueños de este mundo cuando solo era una bola incandecente decidían regresar, pues, husmeando a través del tiempo y el espacio, descubrieron que el horno estaba otra vez lleno de manjares.

No todos serán devorados, claro que no. Hay quienes ya pactaron su salvación a cambio de nuestra derrota. Los puedo imaginar realizando rituales indescriptibles en los bosques, gritando embrutecidos ¡Iä Shub Niggurath! con la esperanza de ser devorados por la cabra negra de los mil retoños y regurgitados con nuevas formas; sátiros diabólicos de vida eterna y de eterna sonrisa de desdén por la humanidad. Mi compañero de trabajo es uno de ellos, lo comprobé. ¿Porqué sino habría mentido acerca del verdadero origen del ping?

La mujer de la televisión, relatando aterrada a un grupo de policías acerca del sapo gigantezco que la vigilaba amenazante mientras lavaba los platos. “Yo no estoy loca, ¿ustedes me ven pinta de loca? Si estuviera loca no podría cocinar ni lavar los platos…”, decía con el rostro transfigurado de pavura. ¿Y cómo va a estar loca si lo que en realidad vió fue la manifestación en nuestra atmósfera de Tsathoggua, el dios-sapo de cuerpo rechoncho y fauces burlonas? Existe gente más sensible que la mayoría, que puede percibir cada una de estas señales y simplemente unir los puntos para armar el dibujo oculto. Yo pertenezco a esa clase de gente y sé que no soy el único. En algún lugar del mundo alguien tiene que haber escuchado el ping con horror y tiene que estar llevando su propio registro de la masacre que se avecina.

Todo esto es más grande de lo que pensaba, más grande de lo que parece. Aparentemente hay mucha gente involucrada. En un principio solo dudé de mi compañero de trabajo pero la canción que cantaban esos niños en el colectivo tenía significado, tenía otro significado. Dios santo, ¿cómo pueden haber involucrados hasta niños? ¿con qué los compraron? ¿con la salvación de sus mascotas? ¿con la de sus propios padres? O peor aún, ¿con el conocimiento de la próxima muerte de sus padres? Pues los niños son criaturas verdaderamente crueles y siempre fueron el talón de Aquiles de la humanidad.

Los mensajes codificados son una de sus grandes herramientas. El locutor en la radio pregonando, debajo de capas y capas de sonido re-codificado cien veces que ocultan la verdad horrorosa, mensajes de desesperanza y de perdición. Comunicándose con ellos en códigos secretos que pueden ser fácilmente develados si se escucha de determinada manera la radio, con cierto ángulo de audición, pero claro, esto no todo el mundo lo sabe y ellos se aprovechan de la ignorancia de la humanidad. Y del otro lado sus rostros, con los miles de ojos desorbitados de placer por las buenas nuevas que les transmiten sus esbirros imperdonables. Me pregunto si al final estos traidores no serán también mutilados, abusados y devorados, pues ellos no conocen la piedad ni honran pacto alguno. Ojalá que así sea y que, desde el infierno, griten su vergüenza en alaridos descarnados por la traición más grande en la historia de la humanidad.

Sé que muchos de quienes lean este documento pensarán que estoy loco, pero no falta mucho tiempo para que las señales sean percibidas por todos. Es cuestión de días, hasta que nuestro cielo se vea oscurecido por las nubes de enjambres abominables. Pero lo cierto es que hay esperanza. Si cada uno de nosotros hace su parte podemos al menos retrasarlos algunos años. Ayer se me reveló casi de manera epifánica cuál es mi parte en todo esto. Mi destino al servicio de la salvación de la humanidad tiene dos caras. Una, la de registrar en este documento toda la información con la que cuento, la otra es la cara de la acción. El empleado que me vendió el revolver también lo sabe todo, me dí cuenta por el ademán que me hizo cuando estaba saliendo del negocio con el arma y la caja de balas. Puedo decir que este hecho me llenó de esperanza y no hace más que confirmar mi decisión de actuar. Yo me pregunto ¿qué le habrán ofrecido a mi compañero de trabajo a cambio de su traición?. Él, tan confiado de sí mismo, disfrazando los primeros fenómenos de la invasión y dando, como todo un catedrático, explicaciones acerca de aires acondicionados. Pero su pantomima terminó. Tiene los días contados.