miércoles, septiembre 09, 2009

La Última Aventura Onírica de Lennon-McCartney

Durante su apogeo creativo, Lennon-McCartney solían encontrarse en sueños para realizar tareas oníricas cuyos resultados hacían eco en la vigilia de maneras insospechadas.
Construir un hipopótamo de cristal, órgano por órgano; trepar al lomo de una bestia-ciudad de movimiento permanente para enarbolar la bandera del Reino de los Duendes; introducirse, a través de una fosa nasal, en el lóbulo frontal de un dios mesopotámico para extirparle a machetazos un arbusto maligno, fueron algunas de las aventuras oníricas de Lennon-McCartney. Ésta fue la última de ellas:
Lennon-McCartney se encuentran frente a una gigantesca puerta de doble hoja, realizada en madera de árboles de siete diferentes tonalidades del azul. Para abrir la puerta es necesario resolver un enigma mecánico cuya solución encuentran en la decodificación del canto de un pájaro hecho de gases condensados.
Cuando finalmente abren la puerta, Lennon-McCartney la hoja izquierda al mismo tiempo que Lennon-McCartney la hoja derecha, descubren con fascinación pediátrica que la misma conduce a una realidad completamente azul.
Ambos saben con una certeza que vibra en todos sus chakras, como una sinfonía orgánica, que si atraviesan esa puerta no habrá vuelta atrás.
Lennon-McCartney mira como avergonzado a Lennon-McCartney y le dice: - Disculpame pero tengo miedo. No voy a entrar. -. Lennon-McCartney le contesta con resignación: - Está bien, te entiendo – y se saludan por última vez.
McCartney vuelve por el camino que los condujo hasta la puerta. Las manos en los bolsillos, la mirada perdida. Lennon respira hondo y atraviesa la puerta azul con férrea decisión. A medida que penetra en la realidad azul sus ropas, su piel, su cabello, sus pesamientos se vuelven completamente azules.
La primera plana del diario de la mañana siguiente reza:
John Lennon ha sido asesinado.

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