jueves, enero 05, 2012

Cárcel

En esta cárcel todos los prisioneros ya están muertos.
Sin embargo el guardia jamás se va a su casa.
No cree que en la muerte haya libertad alguna.
Por eso se queda imperturbable, prisionero de un nudo gordiano
“que solamente el filo de su alma saliendo de su cuerpo podría cortar”.
Eso dicen los poetas, porque él no cree.
Así espera a la muerte: sentado, vigilante e incrédulo.
No la espera para ser libre, porque él no cree.
La espera para saber si desperdició su vida o no.

Nudo que te anuda. Mudo por un nudo.
Mudo, pues la muerte
nos ve a todos desnudos.

2 comentarios:

  1. No lo había pensado pero es cierto, me quedó medio kafkiano. Igual, con el versito tenebroso e infantil del final renuncié a cualquier esperanza de acercarme siquiera a Kafka.

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